¿Alucinaciones de Petro o falsas cifras en Expo Universal Osaka 2025?, Cabal puso el dedo en la llaga

“Espero su gobierno nos entregue en los próximos días las cifras discriminadas”, fueron las palabras de la aspirante a la presidencia por el Centro Democrático María Fernanda Cabal, luego de las cifras confusas que Gustavo Petro mostró en su cuenta de X, hablando de Expo Osaka, Japón.

La precandidata presidencial María Fernanda Cabal ha encendido una ola de críticas contra el gobierno del presidente Gustavo Petro tras cuestionar con dureza las cifras “delirantes” presentadas sobre la participación de Colombia en la Expo Universal Osaka 2025, conocida como la Feria del Futuro.

En una contundente publicación en redes sociales, Cabal no solo puso en duda la veracidad de los datos oficiales, sino que denunció una posible justificación artificial para respaldar una inversión pública cuestionable: la llamada Casa Colombia Japón.

“¿De dónde esos disparates en cifras? ¿‘1.300.000 millones’ de personas? ¿Vendidas 10 toneladas de lechona? ¿11 millones de dólares en aguacate? Espero su gobierno nos entregue en los próximos días las cifras discriminadas”, escribió Cabal en su cuenta oficial de X (@MariaFdaCabal), acompañando un enlace a la polémica intervención del presidente Petro hablando del evento.

Lo que parecía ser un mensaje irónico pronto se reveló como una certera crítica política. Durante su participación en el evento internacional, el presidente Petro afirmó —según reseñas oficiales— que Colombia había logrado “ventas por 10 millones de toneladas de lechona” y “más de 11 millones de dólares en exportaciones de aguacate” gracias a su presencia en la feria. Cifras que, de ser ciertas, superarían en varios órdenes de magnitud la producción total anual de estos productos en el país.

Por ejemplo, Colombia produce aproximadamente 800.000 toneladas de carne de cerdo al año. Hablar de 10 millones de toneladas de lechona vendidas en un solo evento no solo es absurdo desde el punto de vista agroindustrial, sino físicamente imposible. Lo mismo ocurre con el aguacate: es una exageración de los 11 millones de dólares en un solo evento, es infundada y desproporcionada en comparación con la realidad de exportación del producto; 11 millones en un solo stand internacional suenan, como dijo Cabal, a “disparate”.

Una inversión sin justificación

Más allá de las cifras, lo que ha indignado a la precandidata es el contexto es que el gobierno colombiano habría invertido 11 millones de dólares (unos 40.000 millones de pesos colombianos) en la construcción y operación de la Casa Japón, un pabellón en pleno corazón de Osaka, con el supuesto fin de promover el turismo, la cultura y las exportaciones.

Sin embargo, según Cabal, no hay evidencia real de retorno económico ni impacto medible: la «Casa Japón» nos costó en su montaje, operación, publicidad y logística más de $11 millones de dólares. ¿Cuántos negocios han llegado a Colombia?, cuestionó en un trino publicado semanas antes de la feria en Osaka. “Esto no es promoción internacional, es teatro político financiado con impuestos de los colombianos”.

La senadora por el Centro Democrático ha sido enfática: “El pueblo no merece cuentos chinos. Merece transparencia, resultados reales y responsabilidad con el dinero público. Si el gobierno quiere promover a Colombia en el mundo, que lo haga con hechos, no con ficción”.

Apoyo ciudadano y críticas al gasto suntuoso

Las palabras de Cabal han resonado fuertemente en redes sociales, donde usuarios han bautizado la polémica como #LechonaGate. Miles de colombianos se han burlado de las cifras oficiales, compartiendo memes que comparan la supuesta venta de lechona con la producción de galaxias o la alimentación de civilizaciones extraterrestres.

Expertos en política exterior también han cuestionado la estrategia. Eventos como la Expo de Osaka pueden tener valor simbólico, pero sin una estrategia clara de comercio exterior y sin métricas serias, se convierten en viajes de promoción personal más que en diplomacia económica.

En un momento en que el país enfrenta serios desafíos económicos, sociales y de seguridad, la intervención de María Fernanda Cabal se erige como un llamado de atención necesario. Su denuncia no solo expone la falta de rigor técnico en la comunicación gubernamental, sino que desnuda una tendencia preocupante: el uso de cifras infladas o inventadas para justificar proyectos de dudosa utilidad pública.

Con tono firme, claro y directo, Cabal ha demostrado una vez más por qué es una de las voces más incisivas en la escena política nacional. Lejos de quedarse en la crítica fácil, exige transparencia, rendición de cuentas y seriedad en el manejo de los recursos del Estado.

Mientras el gobierno insiste en celebrar supuestos “éxitos diplomáticos”, son figuras como Cabal las que recuerdan que, para muchos colombianos, lo que importa no son los discursos, sino el pan de cada día, el empleo y el uso responsable del dinero público.