La Cámara de Comercio Colombo Americana advirtió que se afectarán mipymes, emprendimientos y se pierde la oportunidad para generar una política laboral que dé posibilidades a nuevas modalidades de trabajo basadas en las necesidades de las empresas y de los trabajadores.
El proyecto de reforma laboral que el Gobierno Nacional puso a consideración de los colombianos en el Congreso de la República, reduce la competitividad de Colombia frente a otros países, mina la capacidad de generar nuevos puestos de trabajo, genera una cadena de responsabilidades empresariales imposible de manejar con el encarecimiento de los costos de los actuales empleados, desestimula la formalización laboral y genera desequilibrio entre trabajadores y empleadores.
Así lo manifestó la Cámara de Comercio Colombo Americana que, además, expresó que con este proyecto de ley se pierde la oportunidad de actualizar el Código Sustantivo del Trabajo para involucrar las normas laborales a frente a los nuevos requerimientos laborales de las empresas y las expectativas laborales en particular de los jóvenes.
“El Congreso de la República tiene una misión importante, mejorar la propuesta que ha hecho el Gobierno Nacional en materia laboral para que sea un proyecto que contribuya a generar nuevos empleos, estimule la formalización laboral, tenga en cuenta la labor de la pequeña y mediana empresa, los emprendimientos y fortalece la protección de sindicatos grandes en contra de los pequeños afectando la representatividad laboral en las empresas donde existen estas organizaciones”, advirtió la presidenta de AmCham Colombia, María Claudia Lacouture.
“Este es un mensaje clave cuando tenemos aún un 13 % de desempleo, y una informalidad que llega al 58 % y la necesidad de garantizar salarios e ingresos sostenibles para las familias colombianas. Si bien el sector privado comparte la intención de ofrecer cada día mejores condiciones a sus trabajadores, las normas propuestas representan retrocesos que no tienen en cuenta las necesidades de talento de las empresas ni las expectativas de empleabilidad de los jóvenes que hoy buscan flexibilidad en su vinculación laboral y no necesariamente estar atados a horarios que limitan sus expectativas de desarrollo”, dijo Lacouture.
Agregó que “sectores claves para el país como es el turismo, prestación de servicios para las microempresas, empresas de trabajadores temporales, servicios de call center, servicios de vigilancia privada, gastronomía, transportadores y emprendimiento, entre otros, se verán afectados porque no tendrán la posibilidad de ofrecer modalidades de trabajo competitivas”.
La presidenta de AmCham Colombia explicó que hay que entender, por ejemplo, que ofrecer flexibilidad en las formas de contratación no representa precarización laboral y por el contrario las empresas quieren impulsar la formalización del trabajador, aumentar los aportes al sistema de seguridad social e incrementar la protección social al empleado.
La rigidez en el sistema de contratación laboral tendrá impacto en profesiones como médicos, docentes universitarios, abogados o inclusive aquellos que prestan servicios a través de plataformas tecnológicas de domicilios o transporte, pues en estos casos suelen desarrollar sus actividades profesionales u oficios en más de una empresa y/o institución. La reforma, tal como está propuesta impedirá esta flexibilización.
Pérdida de competitividad laboral
Un análisis de la Cámara de Comercio Colombo Americana en relación con los costos laborales en los países de la Alianza del Pacífico, mostró que de aprobarse la reforma, tal como está en materia de recargos nocturnos y dominicales, Colombia tendría los costos laborales más altos de estos países.
En materia de recargo nocturno, México y Chile no contemplan esta remuneración. Colombia y Perú quedarían con un recargo del 35 % por hora.
En cuanto a dominicales, Colombia tendría la tarifa más alta de los cuatro países con un recargo del 100 %, tal como está en la propuesta, un nivel similar al 100 % de Perú, aunque muy por encima del 25 % de México y 30 % de Chile. En la legislación actual de Colombia, el recargo por trabajo en domingo es del 75 %.
“Estos datos hay que verlos desde dos puntos de vista. Por un lado, las pymes que en razón de su negocio, comienzan la jornada laboral en las noches, deben tener personal laborando en el horario nocturno o festivos, tendrán un aumento importante en su estructura de costos y no todas estarán en condiciones de pagar esos aumentos por lo que tendrán que aumentar el valor de sus bienes y/o servicios que se trasladan en costos a los colombianos dentro de una coyuntura de alta inflación y más presión sobre en el poder adquisitivo de las familias o limitar su actividad poniendo en riesgo su subsistencia. ¿Allí uno se pregunta si por pagar mejor los dominicales se sacrifican todos los ingresos?”, indicó la presidenta de AmCham Colombia.
Y explicó que el otro punto de vista está relacionado con la competitividad laboral, al aumentarse los costos en el país, los inversionistas empezarían a considerar otras naciones para sus nuevos proyectos o trasladar los actuales en virtud de hacer más eficiente la operación.
En Colombia hay cerca de 625 empresas de Estados Unidos, tanto de bienes como de servicios, las cuales generan alrededor de 130.000 empleos entre directos e indirectos.
“Hoy en día varias empresas han puesto en pausa proyectos e inversiones que contemplan contratación laboral haciendo cálculos de los aumentos que tendrán por tener empleados, además de las responsabilidades extralaborales que se cargan a la empresa y la rigidez contractual, entre otros. Por esto, algunas compañías contemplarían depurar sus plantas de personal previo a la entrada en vigencia de las disposiciones como mecanismo para disminuir riesgos y evitar costos exagerados en el momento en el que deban hacer movimientos en su nómina”, dijo Lacouture.
Protección social: Colombia por debajo del promedio
De acuerdo con la Organización Mundial del Trabajo (OIT), la protección social en Colombia se encuentra por debajo de países en la región como México y Chile, principalmente por factores como los altos costos laborales y las barreras al empleo formal. En este sentido, en 2021 el 49,7 % de la población colombiana estuvo cubierta por al menos un tipo de prestación de protección social (salud, pensión, seguro de desempleo, entre otros), lo cual no supera el nivel de 65,7 % en México y el 83 % de Chile.
Al respecto, la mejor forma de generar protección social es a través del empleo formal y la flexibilización del mercado laboral continúa resaltado como una variable representativa en la creación de puestos formales, particularmente en las pequeñas y medianas empresas, cuyo margen de respuesta a choques externos es más limitado. Según la OCDE, Colombia cuenta con uno de los niveles de informalidad laboral más altos de América Latina, debido a una amplia combinación de elementos relacionados con los costos salariales y no salariales que financia la seguridad social.
En relación con los contratos de aprendizaje, la Cámara de Comercio Colombo Americana señaló que el cambio en su naturaleza, convirtiéndolo en un contrato a término fijo más el cambio en la monetización terminará, siendo oneroso para los empleadores especialmente al encontrarse, hoy en día, con la falta de aprendices y pertinencia del conocimiento de estos para las necesidades del tejido empresarial.
Otros puntos que representan riesgos en materia laboral son los cambios en los procesos para la terminación de contratos de trabajo y procesos de indemnización cuando haya lugar, para que tengan límites y proporcionalidad al tiempo trabajado el pago de la respectiva indemnización y no un valor único sin contemplar la antigüedad del trabajador.
“En lugar de reforzar la obligatoriedad de un contrato a término indefinido y limitar el uso de modalidades contractuales, en el proceso de discusión del proyecto de ley se pueden plantear modalidades más flexibles de vinculación de personal que les permita a las empresas ajustar las necesidades de contratación a las realidades de los mercados, especialmente en una economía que atraviesa un alto pico inflacionario e insumos con costos elevados. Esta flexibilización implica el acompañamiento de aportes y salario acorde al trabajo, sin que implique la precarización del empleo”, indicó Lacouture.
Agregó que “se debe buscar simplificar el sistema, no complicarlo y que las empresas sean parte del proceso productivo con herramientas y acompañamiento gubernamental”. En ese sentido recordó que el programa de empleabilidad “Empleo Hay” que AmCham Colombia ha puesto en marcha con recursos de la fundación Howard G. Buffett, ha permitido que cerca de 4 mil jóvenes en Bogotá, Cali, Medellín y Cartagena, hayan conseguido empleo formal respondiendo a necesidades puntuales de las empresas. El programa ha proporcionado la capacitación necesaria y complementaria a la formación de los jóvenes.
La entidad cameral reiteró la importancia de tener una discusión amplia en el Congreso, con participación de las regiones, las empresas y los gremios de tal manera que se puedan sopesar todos los puntos de vista y que el proyecto de reforma laboral responda a la necesidad de crear más empleo, mejorar las condiciones de los trabajadores y reducir la informalidad.