Si no se toman medidas inmediatas, el 2026 podría traer consigo una crisis electoral sin precedentes, advirtió Álvaro Hernán Prada, presidente del Consejo Nacional Electoral.
La democracia colombiana podría estar caminando sobre una cuerda floja. Así lo advirtió el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Álvaro Hernán Prada, tras conocer la drástica reducción de $600.000 millones en el presupuesto destinado a la entidad encargada de velar por la transparencia electoral.
Esta medida, tomada por el gobierno nacional, pone en grave peligro la organización de las elecciones atípicas de 2026 y los comicios presidenciales y legislativos de ese mismo año, advirtió el funcionario.
Según Prada, el recorte afectará de manera directa la capacidad del CNE para realizar su trabajo de supervisión y organización electoral.
De acuerdo con el presidente del Consejo Nacional Electoral, los recursos son imprescindibles para llevar a cabo procesos vitales, como las elecciones para gobernador de Putumayo y la Alcaldía de Puerto Guzmán, además de las cruciales elecciones presidenciales y legislativas del 2026.
Si la situación no se revierte, el país podría enfrentarse a un escenario de caos electoral sin precedentes.
En riesgo la transparencia electoral
Prada explicó que los ajustes presupuestales logrados en los últimos años habían permitido a la institución mejorar su capacidad de organización, contratando auditorías externas, implementando plataformas digitales y capacitando a testigos electorales.
Estos avances, ahora en riesgo, son fundamentales para garantizar la transparencia y la legitimidad de los resultados electorales. Sin embargo, con los recursos recortados, todo esto podría desmoronarse.
«Esto no puede improvisarse», advirtió el presidente del CNE. «Sin los recursos adecuados, no podríamos garantizar la legitimidad de las elecciones ni cumplir con nuestras funciones institucionales».
Si se deja que esta situación continúe, el país podría enfrentar un escenario de elecciones cuestionadas, con resultados que podrían estar lejos de ser reconocidos por la ciudadanía.
Es importante recordar que, aunque la Registraduría se encarga de la logística electoral, es el CNE quien tiene la responsabilidad de auditar, validar y supervisar los resultados.
Sin los recursos necesarios, la capacidad de la entidad para cumplir con estas funciones clave quedaría gravemente comprometida.
Peligroso recorte
El gobierno nacional, a través del Decreto 0069 del 24 de enero de 2025, pospuso los $12 billones no financiados en el presupuesto de este año, tras el fracaso en la aprobación del presupuesto por parte del Congreso.
Sin embargo, esta medida no ha sido explicada con claridad, generando incertidumbre y preocupación sobre cómo se garantizará la estabilidad financiera necesaria para las elecciones venideras.
«Necesitamos la estabilidad presupuestal para planificar de manera adecuada las elecciones», concluyó Prada, haciendo un llamado urgente a las autoridades para que rectifiquen esta decisión antes de que sea demasiado tarde.
El recorte presupuestal no solo pone en riesgo la eficiencia del CNE, sino que también amenaza con socavar la confianza de los colombianos en el proceso electoral, abriendo la puerta a la deslegitimación de los comicios que definirán el futuro del país.
La democracia de Colombia está en juego, y si no se toman medidas inmediatas, el 2026 podría traer consigo una crisis electoral sin precedentes.
