Mientras los medios de comunicación de todo el país informaban sobre las estadísticas positivas del sector en los boletines del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), un grupo de productores bovinos vivían las peores horas de sus vidas.
El jueves, todos los medios de comunicación daban la buena nueva del importante impulso que el sector agropecuario había dado al Producto Interno Bruto (PIB) durante el tercer trimestre del año 2024.
Las cifras eran positivas para todos los renglones productivos que componen el sector, especialmente el ganadero, que en su subrenglón de la carne alcanzó un significativo 9,8%, superando la medición del trimestre anterior. Igual resultado se obtuvo para la empresa dedicada a la leche, la cual llegó al 8%.
Mientras en Bogotá y las grandes ciudades se informaba positivamente al respecto y se sacaba pecho con el boletín del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane) en la mano, un grupo de ganaderos y agricultores empezaba a vivir un calvario por cuenta de las ocupaciones ilegales que volvieron a dinamizarse.
Según se pudo observar en las redes sociales de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), los atentados contra la empresa ganadera y la propiedad privada se dieron casi al tiempo en tres zonas del país, utilizando el mismo discurso y modalidad de otros eventos similares.
“Tuvimos invasiones en Cimitarra, Tolú y Caldas, la modalidad es el misma: según ellos son campesinos, muchos, víctimas del conflicto y liderados o engañados por personas que dicen ser líderes sociales, otros, personas que se desmovilizaron de los grupos al margen de la ley; dicen tener autorización del Gobierno Nacional y de la ANI para recuperar las tierras que están en procesos de la SAE”, explicó el General retirado Fernando Murillo Orrego, asesor de seguridad de Fedegán.
El estratega también señaló que, a través del tiempo y lo repetitivo de las situaciones, han podido identificar que el discurso relacionado con el conflicto, la carencia total de tierra para trabajar, son elementos que más se utilizan para obligar a las autoridades administrativas y de policía a entablar mesas de diálogos sobre supuestos presuntamente falsos.
Igualmente, informó que, en todos los casos los productores agremiados o no a Fedegán, han recibido orientación legal y acompañamiento de los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz debidamente constituidos en las zonas de ocurrencia.
“Se le ha demostrado por parte de los ganaderos, la legalidad de las propiedades y solicitado a las autoridades que actúen bajo el marco de la ley, lo cual en el trabajo de los Frentes Solidarios y las Brigadas solidarias se ha podido lograr, aunando esfuerzos. Un gremio solidario e integrado puede hacerle entender a esas personas que lo que están cometiendo es una invasión, tipificada como delito por el ordenamiento jurídico”, explicó Murillo Orrego.
Finalmente, indicó que dada la frecuencia de los acontecimientos y las afectaciones que producen a la empresa ganadera y el sector agropecuario en general, los ‘reclamantes de tierra’ pasaron de ser colombianos con necesidades básicas insatisfechas, a prácticamente, delincuentes.
“Para controlar estos hechos, í no actúan solo las autoridades, sino que también, ponen su grano de arena los campesinos de bien y los ganaderos. Todos están cansados de esta modalidad criminal y por eso, todos se sienten afectados y están apoyando y acompañando a las víctimas de las invasiones ¡unidos somos más!, puntualizó el estratega de seguridad de Fedegán.