El dirigente gremial e integrante del equipo negociador de paz con el ELN contó, en su última columna de opinión, la historia de dos jóvenes colombianos que conoció en su más reciente viaje a Alemania en donde participó de la feria Anuga 2023.
José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de Fedegán, criticó el programa “Jóvenes en paz” que, según se ha revelado a través de un borrador de decreto, consiste en pagarles a jóvenes hasta $1 millón por no matar.
El negociador de paz con el ELN compartió varias reflexiones extraídas de las historias de dos jóvenes colombianos con los que se encontró en Fráncfort (Alemania) durante su periplo por el país europeo en donde participó en la importante feria Anuga 2023 con gremios como Fenavi y Porkcolombia.
“Me topé con un mesero colombiano en un hotel de Fráncfort, Alemania. Un valluno que nos colaboró con generosidad y a quien invité a almorzar junto con su novia, por gratitud y para que me contara su historia”, indicó.
La historia de Andrés
Músico empírico, Andrés quería serlo profesionalmente, pero su alternativa era la Universidad del Valle y no pudo superar la barrera de 30 cupos para 1000 aspirantes. Quizás por el ejemplo de su madre docente, fue profesor de música en una fundación para niños autistas y estudió una licenciatura, mientras aprovechaba una beca de inglés con los ojos puestos en Canadá o Australia, pero la falta de recursos se le atravesó nuevamente.
Sin embargo, Andrés no se amilanó y aplicó a un programa “Au pair” en Alemania, que permite cuidar niños de familias anfitrionas durante un año, “a la par”, o a cambio de recibir hospedaje, alimentación y dinero para gastos menores.
Cumplido el año, hizo otro de trabajo social con el gobierno para extender su visa y luego optó por estudiar Hotelería y Turismo, programa que debió complementar trabajando en el hotel donde lo conoció Lafaurie, aunque también hace, con su novia, turnos de noche en un bar cercano.
El turno de Laura
Su novia, Laura, es una joven bogotana que quiere ser médica. Hizo también su año de “Au pair”, prestó servicio social y hoy estudia enfermería, hace un voluntariado y los turnos con Andrés en el bar donde suman euros para subsistir y construir sus sueños. Son una pareja unida por el esfuerzo para alcanzarlos.
“Como Laura y Andrés hay miles de jóvenes colombianos buscando las oportunidades que su país les niega y emprendiendo aventuras de vida marcadas por el talento y el esfuerzo. No dudo que Laura será médica, Andrés tendrá su propio negocio y ambos ascenderán económica y socialmente”, destacó el alto ejecutivo en su columna titulada “Querer es poder: ¿para dónde van nuestros jóvenes?”.
Las reflexiones
Primera: muchos nunca regresarán y el país perderá su talento y el fruto de su esfuerzo; un enorme capital social que terminamos “exportando” …, ¿o expatriando?
Segunda: otros regresarán y, a partir de su “libertad de ser y de tener”, de sus legítimas aspiraciones de escalar económica y socialmente para su bienestar y el de sus familias, terminarán aportándole su talento y esfuerzo al país y construyendo su patrimonio.
Tercera: sin embargo, cuando lo logren, serán “reclasificados” socialmente y desligados de su esfuerzo y su historia por las narrativas de izquierda, para ser, simplemente, “ricos” que deben ser odiados por los “pobres”, como si lo conseguido no fuera fruto de su esfuerzo, sino del despojo a los segundos.
La cuarta reflexión apunta a la naturaleza de la propiedad privada, no tanto como derecho meramente económico, sino “moral y ético”, por su inmensa carga histórica de vida y esfuerzo, que no puede ser ignorada ni sus resultados satanizados.
Al final de su escrito, José Félix Lafaurie Rivera también reflexionó en el derecho a “ser y a tener” de esa enorme clase media, la de Andrés y Laura, que empuja anónima el desarrollo; “reflexioné en las oportunidades que el país les sigue debiendo”.
Por último, el presidente ejecutivo de Fedegán se refirió a su crítica al programa que busca pagarles hasta $1 millón a algunos jóvenes por no matar: “reflexioné en el decreto que les paga a unos un millón de pesos mensuales por no destruir, mientras otros construyen sus vidas sin más ayuda que su propio esfuerzo; definitivamente, un mensaje que desvaloriza ese esfuerzo, y eso… es muy mala señal”.
Puede leer la columna completa en este enlace:
https://www.contextoganadero.com/columna/querer-es-poder-para-donde-van-nuestros-jovenes