La mayoría de la Comisión Tercera del Senado se alineó para hundir el proyecto con el que el gobierno busca recaudar más de 16 billones. La ponencia de archivo será radicada la próxima semana, mientras crece el rechazo en ambas cámaras.
La reforma tributaria del gobierno recibió un golpe casi definitivo en el Congreso. Doce senadores de la Comisión Tercera anunciaron que radicarán la próxima semana la ponencia que pide archivar el proyecto, lo que deja a la iniciativa prácticamente sin opciones de avanzar en las Comisiones Económicas.
El documento lleva las firmas de congresistas de varios partidos: Efraín Cepeda y Liliana Bitar (Conservador); José Alfredo Gnecco y Juan Carlos Garcés (Partido de la U); Antonio Zabaraín y Julio González Villa (Cambio Radical); Juan Pablo Gallo, Karina Espinosa y Mauricio Gómez Amín (Liberal); Jairo Castellanos, presidente de la Comisión Tercera; Ciro Ramírez y María Angélica Guerra (Centro Democrático). Con este bloque, se consolidó una mayoría amplia para que el proyecto no supere su primer debate.
Aunque el gobierno ha ofrecido ajustes y ha sostenido reuniones con los ponentes en un intento por salvar la propuesta, la ponencia negativa significa, en la práctica, la antesala al hundimiento de la ley de financiamiento.
La sesión conjunta de las Comisiones Terceras y Cuartas prevista para este miércoles fue aplazada por un error administrativo: la mesa directiva de la Cámara no expidió a tiempo la resolución que autorizaba el encuentro. El ministro de Hacienda, Germán Ávila, tendrá que presentar el próximo martes una exposición del proyecto ante ambas comisiones, aun cuando la iniciativa ya enfrenta un escenario adverso.
En la Comisión Cuarta del Senado también se anticipa un voto mayoritario en contra. Su presidente, Enrique Cabrales, advirtió que la reforma es “nociva para los ciudadanos”, argumentando que busca recaudar 16,3 billones mediante aumentos que afectarían directamente a los hogares.
Cabrales criticó incrementos propuestos en el IVA de la gasolina, los costos de tiquetes, gas, licores y cigarrillos, así como un recargo del 19 % a productos importados. Según dijo, estas medidas encarecen la vida de los colombianos y golpean tanto a consumidores como a empresas, mientras el tamaño del Estado continúa creciendo.
