Entre soberanía y dudas: Colombia abandona la OTAN

El presidente Gustavo Petro sostuvo que el país debe orientar su política exterior hacia la integración latinoamericana y la cooperación Sur–Sur. La medida, sin embargo, despierta preguntas sobre el futuro de los acuerdos en defensa, inteligencia y seguridad que estaban en marcha con aliados de la alianza.

En medio de uno de los acostumbrados consejos de ministros en la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro, sorprendió al anunciar que Colombia dejará su condición de socio global de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El Gobierno presentó la decisión como parte de un rediseño integral de la política exterior, con el que busca distanciarse de la diplomacia tradicional y reposicionar al país en un escenario internacional marcado por tensiones y reacomodos.

En su declaración, el presidente recalcó que la medida se adopta para reforzar la autonomía nacional. “Colombia no puede seguir subordinada a estructuras que responden a intereses ajenos; debemos ser dueños de nuestra política exterior y actuar conforme a nuestras prioridades nacionales”, afirmó Petro al presentar la ruptura como un acto de soberanía.

El mandatario también subrayó que la nueva orientación busca estrechar lazos con América Latina y el Sur Global. “La pertenencia a esquemas militares globales nos aleja de nuestra verdadera vocación: la integración regional y la construcción de paz en nuestro continente”, sostuvo, al tiempo que planteó la necesidad de un modelo de cooperación distinto al que ofrece la OTAN.

A pesar del carácter categórico del anuncio, el mandatario no precisó cómo se ejecutará la salida ni qué sucederá con los convenios de cooperación militar e intercambio de inteligencia que se mantenían vigentes con países aliados. Analistas consultados advierten que la falta de detalles puede afectar la credibilidad de la política exterior y generar vacíos en materia de seguridad nacional.

El presidente insistió en que el país no se aislará, sino que diversificará sus relaciones internacionales. “Estamos llamados a liderar, junto con otros países del Sur, un modelo de cooperación que priorice el bienestar de nuestros pueblos por encima de la lógica de bloques militares”, agregó, en defensa de la decisión.

La Cancillería trabaja en los pasos diplomáticos que se deberán adelantar, aunque aún no está claro si el Congreso o la Corte Constitucional tendrán que intervenir en el proceso. Para observadores, el anuncio marca un punto de inflexión simbólico en la política exterior, pero la falta de un plan detallado deja la medida en terreno incierto tras la cancelación de la vida por parte del gobierno de los Estados Unidos, la descertificación en la lucha antidrogas y una creciente ola de violencia y terrorismo en todas las regiones del país.