AmCham: la clave es separar ideología de la agenda comercial con EE. UU.

María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham Colombia, advirtió que   la relación binacional depende de mantener la cabeza fría, fortalecer la diplomacia y garantizar resultados verificables en la lucha contra las drogas.

Tras la decisión de Estados Unidos de descertificar a Colombia en la lucha contra las drogas, el país enfrenta un escenario complejo que exige claridad y acción coordinada. María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia), advirtió que el mayor reto para mantener la confianza bilateral radica en que el Gobierno adopte una postura pragmática, acompañada por la voz activa del sector privado.

Según Lacouture, la descertificación no solo es un llamado de atención en materia de erradicación de cultivos ilícitos, sino un golpe que podría afectar el clima de inversión, la cooperación internacional y el comercio binacional. Recordó que Estados Unidos es el principal socio de Colombia, al concentrar cerca del 31 % de las exportaciones nacionales y más del 70 % de las importaciones de bienes intermedios utilizados en la industria.

“La exención de sanciones es un alivio que debe aprovecharse para fortalecer el trabajo conjunto. El sector privado tiene que ser parte activa de las conversaciones con el Congreso y el Departamento de Estado en Estados Unidos, transmitiendo un mensaje de confianza y responsabilidad”, afirmó la dirigente gremial.

Entre los puntos críticos que definirá el rumbo de la relación bilateral, Lacouture señaló la necesidad de generar resultados visibles en seguridad, cumplir compromisos internacionales y garantizar condiciones estables para el comercio. “No se trata solo de números, sino de la percepción de credibilidad. Mantener la cabeza fría es indispensable para evitar que la coyuntura afecte sectores estratégicos como la inversión, la cooperación técnica y los proyectos de desarrollo”, agregó.

En ese sentido, la presidenta de AmCham destacó que la diplomacia empresarial puede ser un factor determinante para superar la tensión actual, siempre que exista coherencia entre lo que se hace en terreno y lo que se comunica al mundo. “El desafío es lograr el pragmatismo por parte del Gobierno, pero también la articulación con los empresarios para proteger el interés nacional”, concluyó.