Enel Colombia, Acolgen y el Consejo Gremial Nacional advierten sobre graves consecuencias para el suministro eléctrico si no se permite el ingreso de equipos para el mantenimiento de la central.
La Central Hidroeléctrica El Guavio, la más grande del país y responsable de aportar en promedio el 8% de la energía diaria al Sistema Interconectado Nacional, enfrenta un riesgo inminente de parar operaciones debido a los bloqueos que desde el 1 de agosto mantienen comunidades en el municipio de Ubalá, Cundinamarca.
Enel Colombia informó que la protesta ha impedido el ingreso de equipos esenciales para el mantenimiento de la bocatoma de la central.
“Desde el 1 de agosto, los bloqueos en Ubalá han impedido el paso de equipos necesarios para el mantenimiento (…) lo que podría generar una afectación grave con consecuencias directas sobre la continuidad de su operación por un largo periodo de tiempo”, señaló la compañía.
La empresa indicó que ya se encuentra en fase de alistamiento para las maniobras de mantenimiento programadas por el operador XM y reiteró su apertura al diálogo. Sin embargo, fue enfática en rechazar las vías de hecho.
“Reiteramos nuestra disposición al diálogo para trabajar de forma articulada con las instituciones y la comunidad, pero rechazamos enfáticamente el uso de las vías de hecho para impedir (…) los trabajos cruciales que requiere la planta de generación más grande del país”.
El gremio energético también expresó su alarma. La presidenta de Acolgen, Natalia Gutiérrez, advirtió: “Hacemos un llamado urgente a las autoridades competentes para solucionar esta situación que podría traer graves consecuencias para el suministro de energía eléctrica en el país. La infraestructura eléctrica es el motor de la economía y de Colombia”.
Por su parte, el Consejo Gremial Nacional pidió la intervención del Gobierno, especialmente del Ministerio del Interior, para garantizar el orden público y el ingreso del personal.
“La ausencia de mantenimiento de la Central puede ocasionar daños graves en las turbinas y equipos, afectando el suministro de energía del centro-oriente de Colombia, lo que podría generar efectos catastróficos en la economía y en la seguridad de los ciudadanos”, indicó el organismo.
De no resolverse la situación, expertos advierten que la central —con capacidad para abastecer a más de dos millones de hogares, equivalente a una ciudad del tamaño de Cali— podría detenerse completamente, dejando en vilo la confiabilidad energética de la región oriental del país y aumentando el riesgo de racionamiento eléctrico a nivel nacional.