Senadora Cabal, víctima de una emboscada mediática; ¿quién está detrás de estos ataques?

La precandidata presidencial María Fernanda Cabal respondió con altura a las acusaciones de la viuda de Miguel Uribe. “Colombia me conoce y sabe que mi compromiso está en trabajar con honestidad por el país”, afirmó la senadora. Con un vídeo se desplomaron las declaraciones de María Claudia Tarazona.

Después del fatal asesinato de Miguel Uribe Turbay, su esposa Claudia Tarazona regresó al país y afirmó en RCN, sin pruebas, que la senadora María Fernanda Cabal la amenazó durante un abrazo en el velorio del precandidato.

Pero aquí no hay rivalidad ideológica ni enfrentamiento programático. Hay algo más polémico: una acusación sin sustento, sin contexto, sin coherencia emocional, que apunta directamente a dañar la imagen de una de las precandidatas presidenciales más sólidas del país.

¿Coincidencia? No; estrategia

Claudia Tarazona no es política. Nunca lo ha sido. No tiene partido, no tiene agenda pública, no tiene seguidores masivos. ¿Quién se beneficia de esto? La respuesta es obvia: quienes buscan debilitar a María Fernanda Cabal en la consulta interna del partido, mientras se muestran acciones, foros y espacios que reflejan la solidez y unión del partido liderado por Álvaro Uribe Vélez

La cara de Tarazona desmiente su propia versión:

  1. Nadie le avisa a Tarazona sobre el micrófono. Ella afirma que alguien le dijo que Cabal lo tenía encendido. En el video, no hay tal intervención. Es un detalle menor, pero revelador, si ya se sabía que el micrófono estaba activo, ¿por qué no lo apagó Cabal antes? ¿Por qué esperar a que se lo pidan? La versión se desmorona desde el inicio.
  2. El abrazo no es de intimidación, es de condolencia y consuelo. En el vídeo, Tarazona no muestra miedo, no retrocede, no se tensa. Al contrario: sonríe leve y genuinamente. ¿Quién sonríe al ser amenazado en el sepelio de su esposo? Nadie. En esa sonrisa no se percibe amenaza, no hubo agresión, no hubo nada que ocultar.
  3. Cabal es la sorprendida. Su gesto al escuchar la acusación, su reacción pública, su comunicado sereno y firme, todo indica que ella no esperaba este ataque.
  4. La respuesta de Cabal: altura, verdad, dignidad.

Frente a la emboscada, Cabal no bajó a la zanja. No respondió con gritos, no atacó, no se victimizó. Simplemente dijo la verdad, con claridad y entereza:

“Quiero reiterar, con total transparencia, que ningún comentario que haya sido transmitido por la señora María Claudia provino de mí”.

Y añadió con elegancia y respeto: “Fui solamente a saludar a su señora ya su familia”. No hay ambigüedad. No hay doblez. Solo honorabilidad en medio del caos.

¿Quién está detrás de esto?

No se puede ignorar el contexto. Miguel Uribe Londoño, es precandidato presidencial del Centro Democrático. Y Cabal es su principal competidora interna. Esta acusación, lanzada por una figura sin peso político, en el momento más emotivo, con una narrativa fácilmente desmontable, huele a operación de descrédito. Mientras otros usan el luto como trampolín, María Fernanda causa la verdad como escudo, mientras otros siembran dudas con acusación vacías, ella planta certezas con hechos, con videos, con coherencia emocional.

Colombia necesita líderes que no se dejen arrastrar por la suciedad, que no respondan con más odio, que no se conviertan en el duelo en arma política. María Fernanda Cabal Molina no solo es inocente de lo que se le acusa. Es la única que ha mantenido la dignidad en el medio del circo. Y eso, en estos tiempos, vale más que cualquier encuesta.