Bloqueo en la vía al Llano deja pérdidas diarias por $2.400 millones y mantiene cerrado el corredor desde hace cinco días

El cierre total, ocasionado por un derrumbe en el kilómetro 18+600, ha obligado a desviar el tráfico hacia rutas alternas como las transversales de Cusiana y Sisga. Autoridades y concesionario trabajan en la adecuación de la vía antigua para habilitar un paso controlado en las próximas 72 horas.

La emergencia en la vía Bogotá–Villavicencio completa cinco días sin solución definitiva y ya genera un fuerte impacto económico.

Según Nidia Hernández, presidenta ejecutiva de Colfecar, el bloqueo representa pérdidas diarias cercanas a $2.400 millones para el sector transportador y la economía de la región.

El cierre total se produjo tras un derrumbe de gran magnitud en el kilómetro 18+600, lo que obligó a suspender el tránsito de vehículos en ambos sentidos.

La Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, recomendó utilizar vías alternas como la Transversal del Sisga, con límite de 16 toneladas, y la Transversal del Cusiana, habilitada para vehículos de hasta 28 toneladas.

Por su parte, la brigadier general Susana Blanco, directora de Tránsito y Transporte, informó que 250 policías custodian el corredor y acompañan a los transportadores, en coordinación con autoridades del Meta y Cundinamarca.

“Todo lo que se está haciendo busca preservar la vida de los usuarios; el paso solo se autorizará cuando los expertos determinen que es seguro”, manifestó.

Entre tanto, el concesionario Coviandina adelanta la adecuación de la vía antigua entre el k18+340 y el k18+980, donde se proyecta habilitar una variante con paso controlado.

Los trabajos, que involucran a 60 personas y maquinaria pesada, incluyen estabilización de taludes, sellado de grietas, ampliación de calzada y adecuación de cunetas, con labores las 24 horas del día.

La ANI indicó que, si las condiciones climáticas lo permiten, en un plazo aproximado de 72 horas podría habilitarse este paso provisional, bajo horarios y controles definidos en el Plan de Contingencia Operativa.

Mientras tanto, se mantienen las restricciones de movilidad en el k0+000 (sentido Bogotá–Villavicencio) y en el k82+700 (sentido Villavicencio–Bogotá), donde solo se permite el tránsito de vehículos de la zona bajo supervisión de las autoridades de tránsito.

La reapertura segura del corredor depende ahora de las evaluaciones geotécnicas y de la estabilización del terreno, que sigue siendo frágil tras el derrumbe.