Álvaro Uribe Vélez no solo transformó la política colombiana con su política de Seguridad Democrática, sino que se consolidó como la estratega más influyente del siglo XXI en el país dejando un legado que hoy busca emular a María Fernanda Cabal de cara a las elecciones de 2026.
En la historia política de Colombia, pocos nombres han trascendido tanto como el de Álvaro Uribe Vélez. Desde su nacimiento en Medellín el 4 de julio de 1952, su trayectoria no solo ha estado marcada por una serie de logros concretos en materia de seguridad, economía y gobernabilidad, sino por una capacidad singular para conectarse con el pueblo, convertirse en un fenómeno político y dejar una huella imborrable en la vida nacional.
Hoy, más de una década después de su último mandato, su influencia sigue vigente. No solo como senador y líder de la oposición, sino como figura central en la formación de nuevas generaciones de políticos que aspiran a continuar su legado. Entre ellos, uno de los nombres que más fuerte suena para las elecciones presidenciales de 2026 es el de la senadora María Fernanda Cabal, quien ha declarado en múltiples ocasiones su intención de emular el modelo de Seguridad Democrática que catapultó a Uribe a la gloria política.
Un gobierno de transformación: cifras que hablan por sí solas
El período presidencial de Álvaro Uribe (2002-2010) se desarrolló en uno de los momentos más críticos de la historia reciente de Colombia. El país enfrentaba altos índices de inseguridad, con las FARC y otros grupos armados ejerciendo control sobre amplios territorios, el secuestro como moneda corriente y una economía debilitada por la inflación y el desempleo.
Sin embargo, en apenas ocho años, su gobierno logró cambios profundos en seguridad y crecimiento económico:
- Reducción del secuestro: de 2282 casos anuales en 2002 a solo 213 en 2010.
- Homicidios: bajaron de 29.000 a 16.000 por año.
- Atentados terroristas: descenso del 62,5 % durante su primer mandato.
- Inflación: pasó del 7 % en 2002 al 2 % en 2010.
- Desempleo: se redujo del 16% al 11%.
- Inversión extranjera: aumentó de USD 2000 millones a USD 7000 millones anuales.
- Crecimiento económico: PIB promedio del 4,47 % anual, con Colombia como uno de los tres países del mundo que creció durante la crisis financiera global de 2008.
Estos indicadores no solo reflejan una gestión eficaz, sino una transformación estructural que devolvió la confianza a los ciudadanos.
La política de Seguridad Democrática: el corazón de su gobierno
La bandera de Uribe fue la Seguridad Democrática, una estrategia de doble filo: recuperar el control del territorio por parte del Estado y atacar a las guerrillas. Para ello, impulsó la creación de batallones de alta montaña, pelotones de soldados campesinos, redes de cooperantes civiles y recompensas por información.
El resultado fue inmediato: en 2002 hubo 32 asaltos a poblaciones; en 2005, solo 5. La presencia del Estado se expandió a zonas antes dominadas por la ilegalidad. El impacto de esta política en la percepción de seguridad fue indiscutible. Los colombianos volvieron a sentirse protegidos.
El porqué de su éxito: liderazgo, estrategia y conexión con el pueblo
¿Qué hizo diferente a Uribe? Su éxito no se debió únicamente a las cifras, sino a una combinación de factores que lo convirtió en un fenómeno político sin precedentes.
Primero, su liderazgo carismático y directo. Uribe habló al país sin intermediarios, con un lenguaje claro, cercano y decidido. Sus famosos “consejos comunitarios”, sus visitas a zonas de conflicto y su presencia constante en medios lo convirtieron en un referente de autoridad.
Segundo, su habilidad estratégica. Fue el primer presidente en ganar en primera vuelta desde 1991 (con el 53 % de los votos en 2002), y en 2006 logró el récord histórico de 62,35 % de los votos, con más de 7,3 millones de colombianos respaldándolo. Su reelección fue posible gracias a una reforma constitucional que impulsó con tenacidad, aprobada por el Congreso y validada por la Corte Constitucional.
Tercero, su capacidad de construcción política. Luego de su paso por la Presidencia de la República fundó el Centro Democrático, un partido que en su primera participación electoral logró 33 curules en el Congreso, consolidándose como la principal fuerza de oposición al gobierno de Juan Manuel Santos. Bajo su liderazgo, el “No” ganó el plebiscito del 2016, frenando temporalmente el acuerdo de paz con las FARC.
El legado que inspira: María Fernanda Cabal y la continuidad del modelo
Hoy, cuando el país se prepara para las elecciones de 2026, una figura emerge con fuerza en el Centro Democrático: la senadora María Fernanda Cabal. Con un discurso firme, defensora de la propiedad privada, el orden público y una línea dura contra la delincuencia, Cabal ha sido señalada como la más cercana al modelo de Seguridad Democrática.
En múltiples intervenciones, ha afirmado que “Colombia necesita un gobierno que ponga al país por encima de los intereses partidistas, como lo hizo Uribe”. Su propuesta de fortalecer las Fuerzas Militares, combatir el narcotráfico con mano firme y rechazar cualquier tipo de pacto con grupos armados ilegales, resuena con los principios que llevaron a Uribe al poder.
Aunque aún falta por definir su candidatura formal, su creciente popularidad dentro del Centro Democrático y su presencia constante en los medios la posicionan como una de los principales contendientes para continuar el legado uribista.
Un fenómeno que trasciende el cargo
Álvaro Uribe no fue solo un presidente. Fue un fenómeno político que transformó la forma de hacer política en Colombia. Su éxito no se mide únicamente en votos o en reformas, sino en la admiración que despierta en millones de colombianos que lo ven como un líder que enfrentó la adversidad, recuperó la autoridad del Estado y devolvió la esperanza.
Su figura sigue vigente, no solo en los libros de historia, sino en las calles, en el Congreso y en las aspiraciones de quienes, como María Fernanda Cabal, buscan seguir sus pasos. Porque en Colombia, cuando se habla de liderazgo, de seguridad y de patriotismo, el nombre de Álvaro Uribe Vélez siempre estará presente.