Aquí lo que hay es mucho activismo ambiental, pero muy pocas herramientas de política pública: Lafaurie

De acuerdo con el líder ganadero, hace falta mucho más compromiso para motivar la implementación de sistemas silvopastoriles que propicien la conservación y restauración del medio ambiente, al tiempo que se hace más rentable y productiva la empresa ganadera.

Uno de los lugares comunes a los que arriban quienes cuestionan, sin elementos de valor y de juicio, a la ganadería tiene que ver con los daños que produce en la capa vegetal el pastoreo. Además, señalan como otro asunto problemático la excesiva producción de gas metano de las reses, sin embargo, gran parte de esas afirmaciones son falsas o medias verdades.

Recientemente, varios expertos y líderes gremiales sentaron su posición respecto de las acciones que se han emprendido desde distintos frentes para frenar los daños producto del cambio climático y las debilidades de estas iniciativas en aras de que se fortalezcan y puedan alcanzar el objetivo primordial: preservar el medio ambiente para las nuevas generaciones.

En el desarrollo del Foro Acción Climática: un compromiso impostergable de Colombia, organizado por la Revista Semana, José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos, hizo algunas precisiones respecto del impacto positivo que ha tenido en muchas zonas del país la implementación de los sistemas silvopastoriles que armonizan la ganadería con el medio ambiente y hacen más rentable y productiva esta empresa.

Durante su intervención en el panel ‘SOS por la deforestación’, el líder ganadero explicó a través de su propia experiencia y poniendo como ejemplo de innovación a la Reserva Natural El Hatico, ubicada en el municipio de Cerrito, en el Valle del Cauca, cómo pudo recuperar una gran extensión de su finca en Codazzi, Cesar, implementando estas nuevas dinámicas de pastoreo y tenencia de ganado.  

“Hice las primeras 20 hectáreas con la ayuda del CIPAV y pude comprobar muy rápidamente que no solamente lograba tener muchos más animales por hectárea -hoy tengo cerca de siete animales por hectárea-, sino una serie de beneficios en los temas que son críticos desde el punto de vista ambiental, el más importante: 1) la mejora de los suelos”, explicó José Félix Lafaurie.

La implementación de estas dinámicas, le permitió a Lafaurie recuperar una gran extensión de tierra que había sido sobre utilizada por medio siglo en la siembra de algodón, dejándola casi infértil.

“[Se había] destruido la capa orgánica del suelo. Cuatro años después de haber empezado el primer arreglo silvopastoril, tenía capa orgánica prácticamente comparable con bosque primario, de acuerdo con los datos que la Universidad de Antioquia. Es decir, en un corto periodo de tiempo habíamos logrado una mucho mayor productividad por unidad de superficie y desarrollado una fauna edáfica que a la par de que mejoraba la capacidad de los suelos, mejoraba también su estructura física”, aseguró el líder ganadero.

No obstante que desde Fedegán se viene desde hace más de una década promocionando la implementación de prácticas más amigables con el medio ambiente en aras de conservarlo y hacer más rentable la empresa ganadera, son muy pocos los esfuerzos que los gobiernos ha hecho para que estos planes se articulen con una política pública a largo plazo.

“Las pocas herramientas de política pública que pudimos sacar, las sacamos en el Gobierno del presidente Uribe, en el gobierno de Santos nada, en el gobierno de Duque, para que no crean que es un problema de sesgo político, le dije yo al presidente Duque recién posesionado […], le conté la experiencia, dijo esto es lo que hay que hacer, es más lo puedo decir, le redacté una parte de lo que finalmente intentó decir en Naciones Unidas sobre el tema de desarrollo sostenible de la ganadería, ahí se quedó el cuento”, comentó Lafaurie.

El dirigente gremial fue más allá y aseguró que de nada ha servido que estos proyectos bien estructurados y avalados por organizaciones como el Banco Mundial se lleven hasta las instituciones del Estado relacionadas con el asunto, porque los intereses de éstas son de otro tipo.

¿Qué hacen las corporaciones autónomas regionales? Nada. Solo corrupción y clientelismo. ¿Qué hace el Ministerio de Medio Ambiente? Poca cosa. Incluso, durante el gobierno de Santos me reuní con la que después fue la directora de la ANLA y le dije: aquí hay un mecanismo que podría generar una dinámica muy importante, tratando de que toda la industria extractiva pudiera compensar a través de un tercero, en este caso, ganaderos que lograran pasarse de una ganadería tradicional a una ganadería silvopastoril. Ahí estaba Luz Ángela, incluso le desarrollamos en una finca que ella tenía en Santander un proyecto piloto para que ella se diera cuanta los beneficios, nada”, dijo el presidente ejecutivo de Fedegán.  

Finalmente, aunque el camino de la introducción de los sistemas silvopastoriles en las políticas públicas ha sido difícil y mediado por pensamientos a veces radicales sobre el particular, el líder ganadero reconoce que en este Gobierno hay personas que tienen buena disposición para llevar a un plano más formal el asunto.

“Aquí lo que hay es mucho activismo ambiental pero muy pocas herramientas de instrumentos públicos.  Estos días tengo cita con la ministra de Ambiente. He venido trabajando con la ministra de Minas, que mucha gente la cuestiona. Creo que entendió el tema, vamos a ver si soy capaz de trabajar con la ministra de Minas, en un gobierno de izquierda y con la ministra de Ambiente para hacer lo que ni el gobierno de Santos, ni el gobierno de Duque fueron capaces de hacer”, puntualizó José Félix Lafaurie.