Cumpliremos el Acuerdo de tierras para que nadie, nunca más, se refiera a los ganaderos como terratenientes: Lafaurie

“¡Los ganaderos cumplimos!” fue el título de la columna del presidente ejecutivo de Fedegán, José Félix Lafaurie, en donde explica de manera detallada cómo los ganaderos colombianos están cumpliendo con el Acuerdo firmado en octubre del año pasado con el gobierno Petro.

“Honraremos el Acuerdo de Tierras firmado con el Gobierno, porque creemos en el derecho del campesino a ser propietario, pero con las condiciones que dignifiquen su vida y le permitan superar la pobreza”.

Con esta contundente frase, el presidente ejecutivo de Fedegán, José Félix Lafaurie Rivera, le contestó al presidente Gustavo Petro que la semana pasada, en medio de sus anuncios de los “derechos y las derechas” de los campesinos, fustigó a los ganaderos colombianos culpándolos de sus pobres resultados en materia de reforma agraria.

El alto ejecutivo, en tono conciliador pero firme sostuvo que “Fedegán cumple lo firmado” y recordó que en 2009 el gremio y los ganaderos unidos lograron certificar al país como libre de fiebre aftosa. Además, después del desastre de Santos y su ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, que dejaron entrar más de 5 millones de animales de contrabando y perdieron el estatus sanitario, los ganaderos recuperaron ese estatus con trabajo y compromiso.

“Cumplimos en la pandemia y seguimos cumpliendo, a pesar del abandono, la violencia y las narrativas que nos estigmatizan”, expresó Lafaurie Rivera en su columna semanal que es publicada en los principales medios de comunicación del país.

Creemos en el derecho del campesino a ser propietario

Por las razones anteriormente mencionadas, el alto ejecutivo manifestó que honrarán el Acuerdo de Tierras firmado con el Gobierno, “porque creemos en el derecho del campesino a ser propietario, pero con las condiciones que dignifiquen su vida y le permitan superar la pobreza. Cumpliremos, para que nadie, nunca más, pretenda referirse a los ganaderos como terratenientes que se oponen a tan legítimo derecho; un estigma que no se compadece con la realidad de más de 600.000 productores, muchos de ellos campesinos que hacen parte de la pobreza rural”.

Durante décadas, muchos dirigentes políticos y activistas han acusado a los ganaderos -sin pruebas- de todos los males del país sin tener en cuenta que Colombia es Colombia gracias a los ganaderos y agricultores. En su gran mayoría son pequeños que no tienen más de 20 o 30 animales y subsisten en pésimas condiciones: sin servicios públicos, sin conectividad, sin educación, sin vías y con una comercialización que no se compadece de sus esfuerzos.

El presidente ejecutivo de Fedegán y actual negociador de paz con el ELN, amplio conocedor del tema de tierras en el país, repasó la redistribución de tierras desde la Ley 135 de 1961 (reforma agraria) en donde fueron adjudicadas 1.749.905 hectáreas, de las cuales más de la mitad pasó a otras manos y las restantes son un monumento al minifundio improductivo, no solo por su extensión de subsistencia -“la parcelita”-, sino, principalmente, por la carencia de condiciones competitivas (servicios, vías, riego, asistencia, crédito, salud, educación, etc.), sinónimo del abandono estatal.

A partir de ese análisis, Lafaurie planteó dos consideraciones: la primera tiene que ver con el reto de completar tres millones de hectáreas, dentro del cual el acuerdo con Fedegán es solo una de las fuentes, aunque los ganaderos buscaremos consolidar la mayor oferta posible.

“De hecho, ya hemos entregado a la Agencia Nacional de Tierras (ANT) 502 ofertas por más de 300.000 hectáreas, y cerca de 400 ganaderos, hasta donde sabemos, las han presentado directamente, lo que nos permite estimar que, del total de 1,7 millones de hectáreas que el Ministerio informó haber recibido en propuestas hasta mediados de enero, sin duda el mayor componente es de origen ganadero”, manifestó.

La disponibilidad de tierras no es el problema

Adicionalmente, el dirigente gremial sostuvo que, a diciembre de 2022, la ANT reportó 2,2 millones de hectáreas en el Fondo de Tierras, en su mayoría baldíos, mas no necesariamente de tierra improductiva. La SAE, por su parte, a junio de 2022, reportaba 100.000 hectáreas con propiedad extinguida y cerca de 340.000 en proceso, aunque más de 200.000 están “ocupadas irregularmente”, es decir, como que se las quitaron a los bandidos, pero siguen con ellas; 4.542 predios embolatados mientras miles de campesinos reclaman una parcela.

“Cuando hago estas sumas, pienso en las 800.000 hectáreas que, según Juan Camilo Restrepo, ‘poseían’ las Farc solo en Caquetá, o en las que ‘compraron’ los paramilitares en el Caribe y el Magdalena Medio, bajo la amenaza, a quien se negara, de negociar después con la viuda”, recordó. Así pues, la disponibilidad de tierras no parece ser el problema.

La segunda consideración se refiere al verdadero reto, ese sí descomunal, de entregar tierras sin repetir el error, ya sexagenario, de pensar que un título de propiedad puede sacar a alguien de la pobreza. Frente a esta preocupación, el Gobierno anunció que las tierras se entregarán con “proyectos productivos”, aunque deberían tener, además, las “condiciones productivas” que los hagan viables.

Lafaurie Rivera reiteró que solo así se logrará la esencia del Acuerdo con Fedegán, “la INTEGRALIDAD, entendida como la acción articulada del Estado y la sociedad para proveer esas condiciones que dignifiquen la vida de los beneficiarios y sumen hacia la consolidación de una nueva CLASE MEDIA RURAL que amojone el camino hacia la paz”.

Y concluyó: “Comienzo tienen las cosas, pero, que nadie lo dude, los ganaderos cumplimos”.