LA PETRO-REFORMA A LA SALUD: EL RETROCESO DE UN SISTEMA HISTÓRICO

Por: Ana María Polo

@anamalola

En definitiva, la Constitución Política de 1991 y la Ley 100, y constituyeron un hito en la estructura de prestación del servicio a la salud, pues representaron el inicio de avances positivos y significativos en la forma en que se presta este servicio en Colombia. Así, en 30 años, se logró establecer y fortalecer un sistema de cobertura universal en materia de salud, generando condiciones de igualdad por medio de la creación del Plan Obligatorio de Salud y su desarrollo hacia el Plan de Beneficios en Salud, los cuales le permiten a todos los colombianos acceder a medicamentos y tratamientos.

Gustavo Petro pretende acabar con este avance, y volver a ese punto de partida antes de la ley 100. Correcto, pretende volver al sistema donde el gasto de bolsillo de los colombianos era del 53% y no superaba el 30% de cobertura, pretende volver a ese sistema donde la salud era el privilegio de algunos cuantos y no un derecho. Lo más problemático de esto, se desarrolla en que no cuenta con las evidencias ni argumentos para sostener esta reforma, su discurso se ha basado en información falsa y un discurso populista en contra de las EPS. Han usado cómo línea base los datos de la pandemia, y argumenta que contamos con un sistema deficiente -por medio de datos que no representan la realidad del sistema día a día- y a causa de esa “deficiencia” es el Estado quien debe tomar el rol principal en la prestación del servicio de salud.

Twitter ha sido su mecanismo de gobierno de Gustavo Petro, y por este mismo medio ha dedicado su tiempo a desinformar a la población, como por ejemplo publicando dos fotos de hospitales de “Antioquia”, donde pretendía criticar el actual sistema de salud, y mostrar el “deterioro” de la infraestructura hospitalaria, pero el exministro de salud Fernando Ruiz salió a desmentirlo, demostrando que las imágenes que presentaba el actual mandatario en realidad correspondían al hospital Vargas de Caracas en Venezuela. Gustavo, le devuelvo la frase que incluyó en su publicación; “empecemos por dejar de engañar a la gente”

Gustavo es momento de hablar las cosas claras, no existen pruebas ni argumentos para lo que usted pretende hacer con la salud de los colombianos, se entiende la necesidad de seguir mejorando el sistema, pero no la necesidad de borrar todo lo construido y empezar de cero, la reforma es solo un capricho más suyo. Deje su ego de lado, y entienda que el hecho de que Uribe haya sido el ponente de la Ley 100, no significa que sea mala. Para todos es claro que tiene una obsesión con el uribismo y que en su mente “todo es culpa de Uribe”. Es momento de poner los intereses y las necesidades del país primero, y no su afán de destruir todo lo que Uribe y este país ha construido. Es claro que usted considera que todos los gobiernos anteriores han fallado, y menosprecia el conocimiento al tiempo que muestra una personalidad egocéntrica y autoritaria. Las EPS organizan y planifican el sistema de salud, asegurándose de que las IPS (hospitales) satisfagan las necesidades reales. Sin embargo, la reforma de salud del actual desgobierno deja en el aire quién se encargará de organizar el sistema, de auditarlo y de gestionarlo. A pesar de que sabemos que usted es propenso a mentir, debemos dejar de utilizar el discurso de odio contra Álvaro Uribe y reconocer que esta reforma, que costará 50 billones de pesos y nadie sabe de dónde se obtendrán los recursos. No sobra resaltar que los recursos pueden ser blanco de corrupción por parte de los alcaldes y gobernadores que buscan consolidar su poder en las próximas elecciones regionales. Parece ser que todo forma parte de un plan para subyugar al pueblo a la merced de un caudillo y del Estado, con el fin de mantenerse en el poder.

 La participación de privados en la prestación de servicios de salud, las EPS, han estado encargadas de la administración y la prestación del servicio de salud, los colombianos han contado con la libertad de escoger entre ellas. Un dato que ha sido ignorado en medio de este debate ha sido el pago del bolsillo de los colombianos, el cual disminuyó del 53% a menos del 15% gracias a la Ley 100 y a las EPS, este valor es referente a lo que es por ejemplo el pago de consultas médicas, procedimientos y tratamientos médicos % (MinSalud, 2022). Este gobierno pretende dejar de decoración a las EPS, de manera que, constantemente afirman que las EPS no serán eliminadas, sin embargo, les quitan su función directa de aseguramiento de la población, y explican que, si la reforma es aprobada, el servicio de salud será prestado según la ubicación de la persona que requiera el servicio y estará a cargo del Estado; volviendo al sistema de salud de hace 30 años.

No puedo ser tan descarada de ignorar las fallas que presenta el sistema, como lo son: baja oferta de especialistas, corrupción y un sistema relativamente poco competitivo, considerando que hay 50 millones de colombianos y menos de 10 EPS, adicional, a que no contamos con un sistema activo frente a la prevención patológica. Pero, Gustavo Petro y el Pacto Histórico, tampoco pueden ser tan descarados de afirmar que en Colombia la salud no ha mejorado desde la implementación de la ley 100, y las EPS. Pasamos de un sistema de cobertura de menos del 30% a uno que a junio de 2022 contaba con una cobertura del 99.6 % teniendo el gasto de bolsillo en salud más bajo de la región (MinSalud, 2022). Gracias a todos los factores que han intervenido en el fortalecimiento del sistema, hoy Colombia tiene un sistema referencia de clase mundial, que ciudadanos alrededor del mundo; como, por ejemplo, en Estado Unidos, matarían por tener.

Por ahora, quedamos en las manos de un Congreso vendido, un presidente / twittero mitómano y una ministra de salud incompetente