Hoy, el presidente Petro es centro de críticas, quien en campaña indicó que el Catatumbo sería la capital nacional de la paz.
El mensaje del presidente Gustavo Petro en su cuenta de X, anunciando la suspensión de los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tras los recientes crímenes de guerra cometidos en el Catatumbo, ha desatado una ola de controversia.
La decisión de frenar el proceso de paz llega tarde y en medio de una crisis humanitaria desbordada, mientras el gobierno se ve obligado a desplegar 300 hombres del Ejército en la región para intentar frenar la creciente violencia.
Las críticas a la Paz Total de Petro no se hacen esperar, y cada vez queda más claro que esta estrategia, más que una solución, ha sido solo una ilusión. La promesa de transformar el Catatumbo en la «capital nacional de la paz» se ha desvanecido ante la realidad de un país sumido en el caos, con grupos armados ilegales como el ELN y las disidencias de las Farc desbordando el orden público y dejando a la población civil atrapada entre la violencia y la indiferencia del gobierno.
El Catatumbo, ubicado en el norte de Santander, sigue siendo el epicentro de una grave crisis humanitaria, producto de los enfrentamientos entre el ELN y el Grupo Armado Organizado Residual (GAO-r) de la estructura 33 de las Farc. Y mientras los muertos, los desplazamientos y los secuestros aumentan, el presidente Petro sigue callado, evidenciando una alarmante desconexión con la realidad que viven los colombianos en esa región.
En lugar de ofrecer soluciones reales y efectivas, Petro ha mostrado una falta de liderazgo ante una crisis que, bajo su gobierno, ha empeorado notablemente y que hoy la violencia ha dejado un saldo trágico, con más de 30 muertos, varios heridos y al menos 70 familias desplazadas, según la Defensoría del Pueblo.
En las últimas 24 horas, incluso se registró una masacre en Tibú que cobró la vida de tres personas, incluyendo un bebé de 10 meses, lo que ha provocado un llamado de auxilio por parte de Indepaz.
Se presentan nueve puntos donde se han registrado ataques y enfrentamientos entre el ELN y el Frente 33 del Bloque Magdalena Medio generando confinamientos, amenazas y alertas por desplazamientos.
Reacciones
La decisión del gobierno de suspender los diálogos de paz con el ELN ha provocado una fuerte reacción entre diversos sectores del país. Para la senadora María Fernanda Cabal, la situación en el Catatumbo es un claro ejemplo de que «no hay paz sin la fuerza y el sometimiento del Estado».
La senadora, conocida por su postura crítica a las políticas de Petro, no dudó en señalar la incapacidad del gobierno para garantizar la seguridad y el orden en una región clave para el proceso de paz.
Por su parte, Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, expresó su preocupación ante los eventos en el Catatumbo, pidiendo al gobierno que haga cumplir la ley y proteja a los ciudadanos, especialmente aquellos en las zonas rurales, quienes se encuentran a merced de los grupos armados ilegales.
“Toda Colombia debe rechazar lo sucedido en el Catatumbo», afirmó Mac Master, subrayando la falta de voluntad de los grupos criminales para buscar una paz real.
Desde el ámbito académico, la economista María Andrea Nieto también se sumó a las críticas, señalando que, si el presidente estuviera en el terreno, “no hubiera sido tan complaciente con los criminales”.
Para ella, la decisión tardía de Petro refleja una “incapacidad” del gobierno para hacer frente a la violencia en el país, y advierte que “el país ahora es víctima de su complacencia”.
El periodista Melquisedec Torres fue otro de los que alzó su voz en contra de la estrategia de paz del presidente Petro, afirmando que el Catatumbo es un “fracaso de Colombia como Nación” y expresando solidaridad con la población afectada, a la que considera víctima de la incapacidad de los gobiernos pasados y el actual.