Analistas, dirigentes gremiales y actores políticos coinciden en que el aumento del salario mínimo del 9,5 % decretado por Gustavo Petro, terminará por arruinar al grueso del tejido empresarial, conformado en más del 90 % por micros, pequeñas y medianas empresas.
Tal y como se esperaba, el presidente Gustavo Petro decretó el aumento del salario mínimo sin concertación con el sector empresarial, este evento, deja al descubierto la poca voluntad del Ejecutivo en ese sentido.
Según un boletín de prensa emitido por la Presidencia de la República, el salario mínimo se incrementará en 9,5 % para la vigencia 2025. Este porcentaje supone un aumento de $123.500, con el cual, la retribución se ubica en $1.423.500.
Así las cosas, el costo real del salario mínimo, incluyendo todos los demás conceptos que lo integran, alcanza un valor bruto aproximado de $ 2.417.403. Uno de los primeros en pronunciarse sobre el particular, fue el expresidente Álvaro Uribe, quien aseguró que deben ajustarse las políticas impositivas para el sector empresarial, para que los incrementos salariales sean realmente sostenibles en el tiempo, sin afectar la capacidad de pago de los empleadores ni reducir los puestos de trabajo.
“Para que los trabajadores tengan mejor ingreso, que sea perdurable, como un salario mínimo más alto, una jornada de trabajo más corta, se necesita que las empresas y los empleadores tengan impuestos reducidos, normas laborales menos rígidas, seguridad, gobiernos austeros y transparentes, con convencida defensa de la iniciativa privada y discursos y acciones coherentes. De lo contrario los ingresos formales de los trabajadores se reducen en empleos informales y precarios, en contratos de medio tiempo o de pocos días a la semana, sin dominicales, sin festivos, sin seguridad social”, publicó en su cuenta de X
Por su parte, Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Industriales (Andi), cuestionó que el aumento se hiciera sin atender las razones técnicas expuestas por el sector empresarial, hecho que, de acuerdo con el dirigente gremial, podría tener consecuencias negativas para un amplio sector de empresarios y trabajadores.
“Las decisiones populistas terminan siendo fiesta de pocos días y hambre hacia el futuro. Casi siempre se trata de hacer anuncios que mucha gente puede celebrar, pero termina en generando inmensos costos para toda la sociedad en el futuro especialmente para los más vulnerables. Eso no es nuevo, eso ya lo han puesto en práctica muchos mandatarios de muchos lugares del planeta, y los resultados siempre son más pobreza, menos desarrollo, más desempleo, más costo fiscal para el Estado, y finalmente desespero de los gobernantes”, comentó el presidente de la Andi.
Desde la Asociación Colombiana de medianas y pequeñas empresas, dejaron ver su descontento con el porcentaje decretado por el presidente Petro, ya que, supera por casi tres puntos porcentuales la capacidad mínima de pago proyectada por ese sector.
“El aumento del 9.54% del Salario Mínimo para 2025 está por fuera del presupuesto de los pequeños y medianos empresarios de Colombia. Dificulta el cumplimiento de la meta inflacionaria y pone en aprietos la economía nacional y el presupuesto del Estado”, comentó Rodolfo Correa, presidente Ejecutivo Nacional de Acopi.
Katherine Miranda, representante a la Cámara por la Alianza Verde y Centro Esperanza, respaldó la posición de Acopi, evidenciando con cifras reales que este aumento impacta negativamente a un poco más del 90 % del tejido empresarial del país.
“Cuando entenderán, que hablar de empresariado no es hablar de Ardila Lulle, ni Sarmiento que son en 0,44 %. Las empresas en Colombia son micro, pequeñas y medianas, es el emprendedor que no tiene más de 5 empleados, que a duras penas llega a fin de mes. ¡Los que están cerrando su emprendimiento porque el gobierno los está ahogando y la economía no despega!”, trinó Miranda.
Finalmente, la líder de la oposición y precandidata presidencial María Fernanda Cabal, aseguró que, el gobierno buscando ‘favorecer’ a los más pobres y afectar a los ‘ricos’, termina haciendo lo opuesto.
“Lamentablemente veremos cómo aumentará el desempleo, la inflación y se elevarán los costos de producción. Este es un país de mipymes que se enfrentarán a la dificultad de decisiones que no se ajustan a la realidad económica de Colombia”, puntualizó la precandidata presidencial.