Las dos acciones representan golpes significativos contra las economías ilegales del Clan del Golfo, quienes se benefician de estas actividades para financiar su estructura armada y seguir amenazando la seguridad de la población civil y de las fuerzas militares.
En el norte de Antioquia, el Ejército Nacional, desmanteló dos importantes actividades ilícitas del Clan del Golfo que operaban en la región. Las operaciones tuvieron lugar en los municipios de Briceño y San Rafael, donde se lograron importantes incautaciones y la destrucción de estructuras utilizadas para el procesamiento de droga y minería ilegal.
En la vereda El Gurrí, en el municipio de Briceño, tropas de la Cuarta Brigada localizaron y destruyeron un laboratorio utilizado por el Clan del Golfo para el procesamiento de pasta base de coca.
En el lugar se encontraron más de 60 galones de cocaína, 40 galones de pasta base de coca en proceso, así como 20 galones de gasolina, 20 galones de ACPM, 50 kilogramos de nutrimón, 50 kilogramos de cemento, y más de media tonelada de hoja de coca.
Este hallazgo tiene un valor estimado en más de 400 millones de pesos, dinero que deja de recibir la subestructura Julio César Vargas Torres del Clan del Golfo, que se utiliza para financiar armamento, explosivos y otros recursos para perpetrar ataques contra la población civil y las tropas en el sector.
El Ejército destacó que esta operación responde a la estrategia de «habilitar las capacidades de la amenaza», debilitando las estructuras criminales en la región. El material incautado fue puesto a disposición de las autoridades competentes para su respectiva judicialización.
Desmantelamiento de minería ilegal
En una operación coordinada con la Policía Nacional, el Ejército destruyó en el municipio de San Rafael una unidad de producción de minería ilegal operada por la subestructura Pacificadores de Samaná del Clan del Golfo.
En la vereda El Ingenio, se destruyeron de manera controlada una excavadora, dos dragas tipo buzo, siete motobombas, una clasificadora de minerales y 1,700 galones de ACPM. Esta actividad minera extraía cerca de 4,150 gramos de oro al mes, con un valor de 1,618 millones de pesos.
La operación, que afectó las economías ilícitas del Clan del Golfo, también dejó al descubierto un grave daño ambiental, con más de seis hectáreas de suelo removido, la deforestación de 5,000 árboles y la contaminación de los afluentes hídricos de la región.
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