Al tiempo que la propuesta de Ley de Financiamiento fracasó ante las instancias del Congreso de La República y que los más reconocidos institutos de investigación económica advirtieran de manera insistente su inconveniencia, continua la incertidumbre y el faltante del gobierno por algo más de $12,5 billones para cumplir con la regla fiscal.
En medio de las advertencias de los centros de investigación económica sobre la inconveniencia de aprobar la reforma tributaria, también llamada, Ley de Financiamiento, y del resultado final de esta propuesta que fue el hundimiento ante el poder legislativo de la República, continua el vacío sobre si el gobierno podrá cumplir con la regla fiscal y qué estrategia utilizará para no fenecer y mantener la credibilidad del país ante el mundo.
Para el presidente ejecutivo de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, la reforma tributaria llegó en un mal momento. “La economía apenas registra un crecimiento del 1.6 por ciento durante los tres primeros trimestres del año. “La economía no despega y la tributaria no es conveniente para el país”, expresó.
Por su parte José Ignacio López G., presidente de ANIF también se había referido a algunos factores nada halagüeños: La caída del 8,2 % del recaudo tributario que de enero a septiembre fue de $206 billones -con respecto al mismo periodo de 2023.
Asimismo, ANIF se refirió a la baja ejecución presupuestal. “Entre enero y octubre, ésta ascendió a 62,9%, una cifra baja si se compara con el promedio 2016-2023 para dicho periodo (69,6%)”.
Este centro de estudios económicos estimó que,“los ingresos totales de la Nación de 2024 serían de $276,2 billones, es decir, $12,5 billones por debajo de lo proyectado por el Gobierno. Por su parte, en el escenario base, el gasto total ascendería a $371 billones en todo el año, según los recortes anunciados por el Gobierno”.
En Colombia se percibía una sentida preocupación ante el efecto de una posible reforma tributaria y esta inquietud se concentró en tres aspectos primordiales: el impacto que podría tener en la economía colombiana, la equidad fiscal y la carga que podrían representar para ciertos sectores de la población.
Para varios Senadores de La República es posible que la oposición política, la falta de consenso entre los partidos, o la presión de grupos sociales y económicos hayan influido en la decisión de no aprobar la reforma.
De hecho, Anif ha advertido sobre el riesgo latente del cumplimiento de la Regla Fiscal y su posible efecto. “Tendría un efecto adverso en la prima de riesgo país y podría desencadenar en una rebaja de calificación de cualquiera de las dos agencias que tienen al país en perspectiva negativa”.
Además, el contexto económico y social del país, así como la percepción pública sobre la necesidad de cambios fiscales, también juegan un papel crucial en este tipo de decisiones legislativas.
Desfinanciar el gobierno
Para el presidente de la República, Gustavo Petro, la decisión fue política y su reacción en la red social X fue explicita y extensa, en la cual se fue lanza en ristre contra la clase política y dijo que el objetivo es desfinanciar al gobierno.
“Los mismos que aprobaron ponerle el impuesto a la sopa de Carrasquilla, decidieron no bajarle los impuestos a todas las empresas de Colombia y a la clase media, para proteger los grandes pulpos, unas multinacionales de combustibles fósiles y a los empresarios oscuros de los juegos de suerte y azar en línea”, señaló.
Al mismo tiempo agregó que las consecuencias y la reacción del gobierno serán complejas.
La decena fiscal
Se refirió a la reforma tributaria de principios de su gobierno y afirmó que fue descuartizada. Hizo 10 pronunciamientos referentes precisamente a la situación fiscal del gobierno.
*“Le quitaron precisamente la progresividad que ordena la constitución al quitar 6 billones anuales en impuestos que debían pagar petroleras y carboneras y estimularon así la economía fósil que representa el mayor peligro a la existencia en todo el planeta por la crisis climática drástica que provoca y que se expande como el gran cáncer del mundo. Como dije antes: la crisis presupuestal no la pagará el pueblo”.
*El recorte no se hará de manera alguna sobre los programas centrales del gobierno del cambio. Quienes pensaban desfinanciar los programas centrales de la justicia social que ya ha sacado millones de personas de la pobreza y el hambre, fracasaron
*Haré cambios en las esferas tributarias del país. La lucha contra la elusión tributaria, comenzando por los juegos de suerte y azar en línea y el contrabando deben ser la prioridad central.
*El financiamiento de la deuda debe diversificarse a profundidad en todo el mundo.
*El recorte presupuestal hacia las regiones debe ser contrario a ampliar las brechas territoriales.
*La política de crédito a la producción en el sector público debe priorizar sustancialmente el crédito asociativo a la economía popular, como vector de la reactivación económica.
*Hay que comenzar la negociación de la transición de las grandes concesiones carboneras hacia su salida y su propia reconversión.
*El turismo internacional se ha convertido en un gran generador económico de la transición hacia la descarbonización.
*Hay que duplicar el impulso. Hay que expedir de emergencia la solución a miles de proyectos de energías limpias represados; el cambio de la fórmula debe hacerse en función de bajar sustancialmente las tarifas y sin trampas. Bajar a sus costos reales, las tarifas de energía eléctrica, es un gran reactivador económico.
*La organización popular debe pasar a ser la gran contratista del estado bajo la forma del principio constitucional de la democracia participativa. El cuadro político de las fuerzas gubernamentales debe readecuarse de acuerdo al comportamiento de dichas fuerzas en la votación por la ley de financiamiento.