Por:José Félix Lafaurie Rivera
@jflafaurie
Escribo estas líneas en la hermosa ciudad de Barranquilla, en una pausa del 40º Congreso Nacional de Ganaderos, que dedicamos en esta ocasión a la SEGURIDAD SOLIDARIA, porque los congresos gremiales, y el nuestro muy en particular, se concentran en los temas que generan a sus afiliados mayores expectativas, pero también en los que representan mayores amenazas, y no hay duda que la seguridad ha vuelto a ocupar el primer lugar en la lista de preocupaciones de los ganaderos colombianos.
Nos preguntamos en el Congreso sobre el porqué de la pobreza rural, a la que algunos le adjudican como causa la violencia narcoterrorista que hoy impera en lo que se ha dado en llamar la “Colombia profunda”, y otros, entre ellos los bandidos que ganaron sin votos sus curules en el Congreso de la República, no se apartan de su discurso comunista de que la causa de la pobreza y de todos los males es la tierra, para ellos mal repartida, una bandera con la cual justificaron durante décadas el secuestro, el asesinato, la extorsión, el despojo y toda la violencia, con la que, literalmente, destruyeron el campo.
No. La violencia, como la pobreza, es apenas un resultado; ¿un resultado de qué? Aunque este país ciego se obstine en no querer ver lo que es una realidad de bulto, la pobreza y la violencia, que se volvieron parte del paisaje rural colombiano, son un resultado inevitable…, DEL ABANDONO.
No en vano llaman a esos inmensos territorios la “Colombia profunda”, en una especie de confesión de culpa, porque a ella no han llegado, ni el Estado con sus recursos e instituciones, ni el progreso, ni el bienestar; solamente 300.000 hectáreas de coca y la violencia derivada del narcotráfico, de la minería ilegal, de la extorsión y de toda suerte de atropellos contra una población vulnerable y, para colmo de males, abandonada por el Estado que debería protegerla.
Es en ese entorno de violencia, generado por las luchas entre bandidos para garantizar el control territorial necesario para preservar sus rentas ilícitas, en el que está obligada a moverse la actividad ganadera, porque, sencillamente, los ganaderos no podemos llevarnos nuestras vacas para otra parte.
Por esta razón, el tema central de Congreso fueron las propuestas de solución que la Junta Directiva de FEDEGAN les ofrece a los ganaderos del país a través de sus organizaciones regionales afiliadas, para enfrentar ese clima de violencia creciente que hoy los amenaza, inicialmente con las Brigadas Ganaderas Solidarias, creadas en 2022 como una respuesta a la oleada de invasiones de tierras que se generó por cuenta de los anuncios del Gobierno sobre distribución de tierras.
Las Brigadas Ganaderas Solidarias, basadas, como su nombre lo indica, en la solidaridad, pero también en la interacción cercana, permanente y civilista con las autoridades, fueron exitosas en su propósito de evitar las invasiones y lograr la acción oportuna de las autoridades. Por ello, bajo esos mismos principios, y a partir de un sistema de alertas tempranas con base en la utilización de tecnologías de comunicaciones, se crearon, comenzando 2024, los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz, que fueron lanzados oficialmente durante el Congreso y de los cuales ya hay 129 en operación con más de 8.000 ganaderos afiliados.
Comienzo tienen las cosas; logramos el objetivo de sembrar conciencia sobre la seguridad solidaria, pacífica y civilista en colaboración con las autoridades. Logramos abrir caminos para enfrentar la violencia que nos amenaza, desde una perspectiva que no nos aleje de la paz, sino que nos acerque a ella.