Los problemas de orden público provocado por los bloqueos e invasiones a predios privados se desplazaron desde la región de El Gran Cunval, hasta la denominada ‘cuenca lechera’ entre Tuquerres y el valle de Guachucal. Allí Indígenas invadieron hace días la Hacienda El Caimán.
Desde que un deslizamiento de tierra acabara por completo con un tramo de la Vía Panamericana a la altura del municipio de Rodas, Cauca, los problemas que vienen padeciendo los sectores productivos de esa región, los tienen casi al borde de la quiebra.
Durante el 2023 esa zona, prácticamente el único corredor que conecta a los departamentos de Cuaca, Nariño y el norte del departamento del Valle del Cauca, fue objeto de constantes bloqueos por parte de pobladores de la región.
Las organizaciones gremiales denunciaron que estos eventos ocurrían al menos uno por semana, golpeando duramente la economía y debilitando el tejido empresarial.
Indígenas invaden con el cuento de la “liberación de la tierra”
Aunado a esa problemática que además de alterar el orden público, genera traumatismos en el transporte de carga, pasajeros y hasta enfermos, se le suman los ‘procesos de liberación de la tierra’, liderado por organizaciones indígenas.
Aunque la actividad parezca o suene a un ejercicio ancestral encaminado a nivelar las cargas energéticas y demás asuntos que dominan esas comunidades, lo que en realidad hacen es ocupar ilegalmente propiedad privada.
Estas acciones, muchas veces vienen acompañada de un alto grado de violencia y destrucción, como ocurre con frecuencia en la región de El Gran Cunval, donde son frecuentes las denuncias de acciones casi terroristas por parte de organizaciones indígenas que prenden fuego a cultivos y destruyen edificaciones.
No quieren salir y están llamando más gente
Otra de las zonas afectadas, es la conocida ‘cuenca lechera’, ubicada entre el municipio de Tuquerres y el valle de Guachucal. Hace poco menos de una semana, una de las parcelas de la Hacienda El Caimán fue ocupada ilegalmente por una organización indígena denominada: Pueblo Binacional de los Pasto.
Yalila Mier, propietaria de la hacienda invadida, rechaza de plano los argumentos de los indígenas para invadir su propiedad y las pretensiones atadas al desalojo, pues, ya son varias generaciones de su familia las que han hecho vida, familia y empresa en los terrenos ahora ocupados ilegalmente.
“La organización que invadió es el Cabildo de Santander, el argumento es que quieren comprar con la ayuda del gobierno, pero, nosotros como propietarios no estamos vendiendo, se les explicó y no quieren salir. Están diciendo que se quedan y que mañana empiezan a sembrar”, comentó Mier.
Asegura la preocupada empresaria del agro, que efectivos de la Policía y autoridades administrativas han tratado de razonar con los invasores, pero, quienes lideran esta actividad ilegal se han negado a escuchar razones.
Dañan la infraestructura
“La comandante de la estación de policía y el subcomandante, han ido en dos oportunidades, para tratar de que salgan, no se ha podido lograr, esperamos que mañana estén en otra tónica”, dijo la ganadera afectada.
Finalmente, informó que quienes hoy ocupan ilegalmente su bien inmuebles empezaron a ocasionar daños a la infraestructura y parcelar el terreno, por lo que solicitan de las autoridades más atención y celeridad en los procesos de compra y adjudicación de tierras para evitar este tipo de situaciones que afectan a miles de familias en todo el país.
“Han roto las cercas, quitaron la caseta del vigilante y la están usando, han construido varios cambuches y están pidiendo que más gente de la comunidad siga llegando al predio. Es hora de que el gobierno nacional cumpla de manera efectiva con su deber de garantizar la vida, honra y bienes de sus ciudadanos”, concluyó Yalila Mier.