En los dos años de gobierno ha hecho nombramientos que se han caído por ir en contra de la normatividad vigente, y porque las personas designadas no cumplen con los requisitos exigidos, actuación abiertamente contraria a las propuestas de campaña.
Una de las líneas más duras del discurso del candidato Gustavo Petro, estaba dirigida directamente al cuerpo diplomático y la manera cómo se llegada a ocupar esos cargos. En varias de sus intervenciones en la plaza pública y entrevistas con medios de comunicación, prometió un cambio radical en los modos y las formas cómo se manejaba ese importante sector del Estado.
“Proponemos que nuestro equipo diplomático sea mucho más profesional y capaz de lo que es hoy. La diplomacia colombiana falla. Quiénes estén en la carrera diplomática y hayan acumulado saberes específicos, deben acceder a los cargos en consulados y embajadas, y no simplemente como ocurre hoy, con los hijos de los presidentes, los amigos y las amigas de la clase política colombiana”, decía Petro en campaña.
Leyva, un error que le costará $100.000 millones al erario
Sin embargo, dos años después de su llegada al poder, el manejo dado a este tema ha sido más deficiente que sus predecesores. Sea un ejemplo claro de esta afirmación, el nombramiento de Álvaro Leyva Durán como ministro de Relaciones Exteriores.
Su figura, reconocida por su amplia participación en varios momentos de la vida política nacional, languideció en el cargo, convirtiéndose en la piedra en el zapato de muchos procesos administrativos, que, como el caso del contrato de los pasaportes, terminaron convirtiéndose en un problema de marca mayor para el Estado colombiano.
Valiéndose de triquiñuelas jurídicas y haciendo gala de su notable ‘servilismo’, se opuso a la firma del contrato para la fabricación de pasaportes porque la empresa ganadores: Thomas Greg & Sons no era del gusto del presidente Petro, ya que, según él, llevaba muchos años ejecutando esa actividad.
Los ires y venires de ese proceso licitatorio generaron gran traumatismo en las oficinas de pasaportes de todo el país, incluso, en algunos departamentos es imposible obtener cita para solicitar el documento.
Por los muchos problemas que se observaron en ese proceso contractual, Leyva Durán fue suspendido por la Procuraduría General de la Nación mientras se adelantaba en su contra un juicio disciplinario, durante ese tiempo, Petro lo defendió a capa y espada, hasta que sensatamente, lo apartó de cargo. Se fue, dejando a la vuelta de la esquina un fallo, según muchos analistas, desfavorable para el Estado y estimado en más de $100.000 millones.
De hecho, en una reunión con funcionarios de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, Álvaro Leyva, consciente de su actuación contra la naturaleza de la normatividad vigente, aseguró con arrogancia, palabras más, palabras menos, que su acción abiertamente ilegal, quedaría impune. “Notifíqueme en la tumba, cuando salga el resultado de ese pleito, ya voy a estar muerto”, dijo el entonces canciller.
Caso Ninco Daza, una cachetada al ‘servilismo’
Como si no fuera suficiente nombrar un octogenario en tan importante cargo, luego de haberse elegido con las banderas del cambio y la renovación generacional, se fue lanza en ristre contra su discurso de campaña orientado a la solidificación del cuerpo diplomático.
Un primer atentado contra su ‘política de relacionamiento exterior’, fue la designación de Álvaro Moisés Ninco Daza como embajador de Colombia en México a sabiendas de que no cumplía con los requisitos mínimos exigidos por la Ley para ostentar tal dignidad.
Según trascendió en la opinión pública, Ninco Daza acreditó experiencia en temas de diplomacia con un certificado de asistencia aun taller universitario en la materia, certificado por la Universidad Sergio Arboleda.
Dolly Montoya, exrectora de la Universidad Nacional y miembro de la terna que analizó la hoja de vida del personaje de marras, fue la única que se opuso al nombramiento, dando razones de peso y que a la postre darían al traste con la designación.
“Su hoja de vida no es indicada para el papel fundamental que asumirá el señor Álvaro Moisés Ninco Daza, si se tiene en cuenta la responsabilidad con el país de los Estados Unidos Mexicanos y la importancia como aliado comercial, político, económico, entre otros”, argumentó inicialmente Montoya y a renglón seguido, precisó: “su corta experiencia (2 años) no presenta relevancia o reconocimientos que lo ubiquen como líder o referente en alguna área política, debido a que no ha ocupado alguna dignidad que lo lleve a lograr reconocimiento”.
Los argumentos de Montoya fueron los mismos expuestos en una de las 22 demandas que ciudadanos y miembros de la Unión de Funcionarios de Carrera Diplomática y Consular (Unidiplo) presentaron contra el nombramiento de Álvaro Moisés Ninco.
Meses después, luego de analizar las reclamaciones contra la designación del flamante embajador de Colombia en México, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca declaró la nulidad del nombramiento, diciendo prácticamente los mismo que Dolly Montoya.
“El señor Álvaro Moisés Ninco Daza no pertenece a la carrera diplomática y consular y no acreditó título de posgrado en cualquier modalidad. En el mismo sentido, el nombrado no acreditó experiencia profesional relacionada, ya que en la página web de la Presidencia de la República, se relacionó su experiencia, misma que no se encuentra relacionada con el cargo de Embajador Extraordinario y Plenipotenciario“, dice la sentencia en uno de sus apartes.
Sobre este mismo caso, hace poco menos de 15 días, la Procuraduría General de la Nación suspendió por 10 meses al exministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Arturo Luis Luna Tapia, y el director del Departamento Administrativo de la Función Pública, César Augusto Manrique Soacha, porque comprobó que hubo irregularidades y omisiones en el estudio de hoja de vida de Álvaro Moisés Ninco Daza previo a su designación como embajador en México.
Según el Ministerio Público, Arturo Luna y César Manrique “vulneraron los principios de moralidad e igualdad que deben inspirar la función estatal, e incurrieron en una falta disciplinaria que fue calificada como grave cometida a título de dolo, y precisa que tal situación se concreta “al pasar por alto que en los documentos que se allegaron al Comité Evaluador de los Méritos no se demostraba experiencia sobresaliente en ninguna disciplina, ocupación, arte u oficio, y que tampoco podía ser catalogado como líder juvenil o estudiantil porque en su corta trayectoria carecía de reconocimiento o distinción”.
En su defensa, ambos personajes dijeron a la opinión pública que solo cumplían las órdenes del presidente Gustavo Petro en ese sentido, idea similar expresó Álvaro Leyva para no adjudicar a Thomas Greg & Sons el contrato de los pasaportes.
Benedetti, Irene y otros que no cumplen los requisitos
Pero, Leyva Durán y Ninco Daza no son los únicos descaches que ha tenido Petro en su cuerpo diplomático. De hecho, casi todos los nombramientos que ha hecho han sido cuestionados por un amplio sector de la opinión pública, pues, son a todas luces, el cumplimiento de obligaciones políticas.
La prensa informó, por ejemplo, que en diciembre de 2023, se decretó la nulidad de los nombramientos de Aixa Carolina Kronfly Davi, quien era hasta ese entonces consejera con funciones de cónsul general en Sevilla (España); Juan Sebastián Villamil Rodríguez, nombrados como consejero en la Misión de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA); Paola Andrea Vásquez Restrepo, designada como consejera de Relaciones Exteriores de la Embajada de Colombia en Estados Unidos; y Esteban Josué Gutiérrez, segundo secretario en Atlanta, EE.UU.
Sin embargo, el grueso de la atención está en las designaciones de Armando Benedetti, Roy Barreras e Irene Vélez, personajes que entran y salen del gobierno según la conveniencia de Petro.
Armando Benedetti, quien tuviera más bien un papel oscuro en su periodo como embajador en Venezuela, regresó al cuerpo diplomático como representante Permanente de Colombia ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con rango de Embajador Extraordinario y Plenipotenciario.
Su salida de país, con pasaporte diplomático se da en medio de la polémica suscitada por una serie de audios revelados por la Revista Semana donde Benedetti, molesto por su abrupta salida del cargo amenaza a Petro a través de Laura Saravia.
Asegura en las grotescas conversaciones, que habida cuenta de la gravedad de la información que conoce, a Petro podría pasarle lo mismo que a Samper, es decir, descubrirse los mecanismos utilizados por el narcotráfico para presuntamente financiar su compaña
Contra el nombramiento de Benedetti cursan cinco demandas con argumentos que van desde la falta de competencias y conocimientos específicos en la materia que va a tratar en su cargo, hasta la falta de competencia del entonces suspendido canciller para expedir el decreto 108 del 6 de febrero de 2024, en el que se designa al político costeño como embajador de Colombia ante la FAO.
Otro nombramiento que no ha gustado mucho a quienes están en la carrera diplomática y llevan años esperando la oportunidad de ocupar los cargos que se merecen por cuenta de su hoja de vida y experiencia en la materia, es el de la exministra de Minas y energía, Irene Vélez.
Vélez fue designada por el presidente Petro como cónsul de Colombia en Reino Unido, luego de que su paso por una de las carteras más importantes y que soporta el pilar de la transición energética, fuera más bien opaco.
Andrés Barreto González, ciudadano que demandó la designación de Irene Vélez como cónsul en Reino Unido, señaló que la exministra no cuenta con los estudios relacionados con la materia ni tampoco acredita conocimientos de la lengua del país donde va a desempeñar su cargo, hecho que a todas luces limita el cumplimiento de sus funciones.
Adicionalmente, advierte el demandante, que se cometieron errores de fondo y forma en la designación de Vélez, pues, a la fecha en que se expidió y firmó el decreto No. 0564 de 2024, ésta no estaba vinculada formalmente al cuerpo diplomático y consular del Ministerio de Relaciones Exteriores, por lo que se debió recurrir a la lista de elegibles que cumplían con los requisitos exigidos para el cargo.
Daniel Briceño, concejal de Bogotá y veedor ciudadano, denunció a través de su cuenta en la red social X, lo que sería un abuso de la flamante cónsul para con el erario. “Irene Vélez lleva 1 mes como cónsul de Colombia en Londres y ya le autorizaron viáticos por $83.058.022 Por este tipo de cosas es que quieren debilitar la carrera diplomática”, dice el trino del cabildante.
Exponer todos los errores cometidos por Petro en lo que tiene que ver con la carrera diplomática, sería harto aburrido para el lector, sin embargo, finalizamos diciendo que hacen parte de este selecto grupo: León Fredy Muñoz, exrepresentante a la Cámara, capturado en el aeropuerto de Rionegro, con cocina en la maleta; Sebastián Guanumen, cuyo logro más importante fue bajar la línea ética del discurso de la campaña en redes sociales; Camilo Romero, exgobernador de Nariño, investigado por presunta corrupción y el camaleónico político vallecaucano, Roy Barreras.