El jefe de Estado llegó más de dos horas tarde a la ceremonia del Día de la Independencia que incluyen espectáculos de la aviación de la Policía y todas las especialidades del Ejército Nacional. La ciudadanía lo abucheó cuando hizo presencia en el lugar.
Una de las críticas más frecuentes que se le hacen al Gustavo Petro, tiene que ver con las horas de retraso a la que llega casi todos los eventos que se organizan desde la presidencia y otras entidades, sin importar el lugar, nivel de los invitados o los temas a tratar en la reunión.
El tiempo promedio de los retrasos de Petro, suelen ser de dos a tres horas, según las noticias existentes en la web sobre el asunto. Es tan complejo el asunto de las llegadas tardías y la cancelación de eventos, que, durante su primer año, no cumplió con al menos el 20 % de su agenda programada.
La opinión pública y un amplio sector de la prensa, le cuestiona las largas ausencias y su silencio sobre temas de vital importancia, al tiempo que especula sobre el origen de estos.
Desplante el Día de la Independencia
Petro vuelve a estar en el ojo del huracán por su actitud displicente hacia los eventos relacionados con la Fuerza Pública, esta vez, en el marco de las celebraciones patrias del 20 de julio, llegó dos horas tardes.
El tradicional desfile de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional que estaba programado para las 9:00 a. m. tuvo que correrse hasta después las 11:00 a. m., mientras el presidente trinaba.
Revista Semana hizo una reconstrucción de las dos horas de retraso del presidente a través del time line de su cuenta en la red social X. De acuerdo con el medio de comunicación, el jefe de Estado posteó cuatro imágenes de movilizaciones en diferentes partes del país, mientras los hombres y mujeres, con uniforme y armamento lo esperaban en la carrera 68.
Gustavo Gómez, director del programa 6 A. M. Hoy por Hoy de Caracol Radio, leyó al arrancar el programa de este lunes 22 de julio un duró editorial cuestionando la actitud el mandatario.
“Hay que afrontar la realidad con madurez, sin rodeos, de frente y todo esto, en un caso concreto, Gustavo Petro, la persona pasajeramente convertida en presidente no le ha gustado, no digiere y no tendrá calidez alguna por las Fuerzas Armadas en el futuro, ni ayer ni hoy ni jamás”, arranca diciendo el periodista.
Más adelante, el comunicador, haciendo énfasis en el pasado alzado en armas de Petro, el enrostra su ya inocultable desprecio por los hombres y mujeres que a costa de su vida defienden la independencia de las instituciones y la soberanía nacional.
“Nadie va a cambiar a Petro, eso es triste, porque al asumir la presidencia, el ser humano distante de la Fuerza Pública en virtud de sus deberes constitucionales que no son optativos, debe controlar y moderar esos sentimientos de animadversión supremo de las Fuerzas Armadas de la República, porque le gusten o no le gusten, los comandantes están para ordenar y dirigir, claro, pero también están obligados a dar buen trato a los subalternos, sobre todo, si son de ese tipo de subalternos que sacrifican su tiempo para cuidarnos a todos”, dice en otros de sus apartes el radio editorial.
Finalmente, solicita al jefe de Estado moderar sus modos bastante salidos del esquema formal que exige el cargo que ostenta, los asistentes a los mismos y lo que significa en la moral de esas personas su actitud.
“Muy mal, el presidente ni siquiera se quedó al final del desfile y se fue sin disculparse cuando comenzaba la actividad con la marcha de la aviación de la Policía, (…) no es la primera vez que llega con horas de retraso a los actos o a los ascensos de la Fuerza Pública o simplemente no llega o que no tiene la decencia de ponerse de pie para saludar a nuestros militares y policías, parece no importarle le tiene sin cuidado, como decimos coloquialmente, le resbala. Si el señor presidente de la república quiere respeto que comience por respetar”, puntualizó Gustavo Gómez.
Escuche el editorial de Gustavo Gómez aquí: